En vivo y en directo. Autocrítica sin tapujos, llamando a las cosas por su nombre. Basta de excusarse en el mundo, la vida o la sociedad. ¿Acaso no formamos parte del mundo? ¿No somos dueños de nuestra vida? ¿No somos los que sostenemos esta sociedad?

martes, 15 de mayo de 2012

Bueno, bonito y gratis


Parece que fue ayer... y ya ha pasado un año. En realidad, algo más, pero oficialmente, fue hace un año cuando quise hacer coincidir la fecha de publicación de la instrucción pastoral Communio et progressio cuarenta años atrás, con la puesta de largo y presentación en sociedad de una idea: poder ofrecer un lugar donde se pudiese recopilar y compartir la riqueza en forma de recursos pastorales que existe en nuestras parroquias, grupos y comunidades de todo tipo.

Pasado este año sólo puedo afirmar que el objetivo está lejos de agotarse. Quizá no toca, no sea el camino adecuado o, simplemente, no sea tan buena idea. A lo mejor sí se está cumpliendo, pero no como yo había pensado.

Lo cierto es que nunca me fijé metas en forma de número de visitas, colaboradores o contenidos. Pero aún así, las cifras cantan: casi veinte mil visitas en un año y un grupo de colaboradores entregado que no ha crecido, pero que ha cumplido sobradamente en algunos casos, o que sigue siendo eterna promesa, en otros. Gracias a todos y a cada uno.

Hace unos días no sabía explicar lo que quiero decirles. Disculpen, porque hoy tampoco sabré hacerlo. Los sentimientos, es lo que tienen...

Uno de los mayores problemas con que —a mi modesto entender— se encuentra la Iglesia es la fragmentación. La variedad de carismas y sensibilidades nos enriquece, sin duda, pero también diluye y dispersa nuestras fuerzas: nos impide trabajar unidos, o renunciar a sentimientos de “propiedad” tan humanos e inevitables como distanciadores entre nosotros; nos lleva a defender con uñas y dientes nuestras identidades. Ya sé que una cosa es la diferencia y otra la distancia, pero normalmente van cogidas de la mano.

Intentaré explicarme mejor...

Para alguien que compone una canción es una satisfacción que otras personas la canten. Mejor o peor. Que la versionen y la hagan suya. Pero eso no quita que uno no se sienta mal cuando observa que desvirtúan el mensaje cambiándolo por completo. Y mientras el giro no sea de 180 grados, que a cada persona una canción le diga algo distinto no es malo... Pero pese al halago innegable —y a veces insano— al autor no dejará de dolerle. A fin de cuentas, es su creación, es su hija espiritual. Uno puede desprenderse y dejarla volar, pero de verdad que eso duele. A mí me duele. Y no es una cuestión de reconocimiento, de que quien la cante no conozca mi nombre. Eso no es importante. ¡Siempre he bromeado diciendo que tendré problemas para llevar a mi hija al altar! ¡Y ella lo sabe! Hablo de eso.

Aquí está esta web. Siempre he dicho que no era mía, sino de todos los que la usan, dando o recibiendo. Pero aún así, no me gustaría desprenderme de ella, que se fusionase o enlazase con otras, ni que otra persona o grupo tomara el mando aún siendo para bien. No les cuento esto porque sea el caso. No hay presiones, ni propuestas. Me dolería, pero no lo impediría. Así se lo dije a don Carlos, mi arzobispo, cuando le presenté el proyecto, y lo mantengo. Lo que soportaría peor es que abandonara sus objetivos y su estilo, que no fuera fiel a su nombre: bueno, bonito y gratis.

Si alguien a estas alturas piensa que esto es una despedida es porque de nuevo, efectivamente, no he sabido explicarme. Y aunque parezca otra cosa, no ha descendido mi compromiso con este sueño. Al contrario. De hecho, en los últimos meses la web ha estado viviendo una realidad paralela, motivada por la necesaria mudanza de alojamiento que debe quedar concluida antes del 30 de junio. Cuando Apple decidió convertir en gratuito un servicio de pago recortando sus prestaciones nos empujó a ello. Y también a pagar más —a otros— por menos. Pero dado que nos mudamos, estoy realizando un rediseño visual y de la propia estructura del sitio para hacerlo más funcional. ¡Tener una doble vida exige sacrificios y cuesta el doble!

Precisamente en este nuevo “volver a empezar” toman sentido las reflexiones que les hacía sobre la relación filial entre una persona y su obra. Porque no les estoy pidiendo palmaditas en la espalda, que nunca vienen mal. Ni siquiera un alud de colaboraciones, que serían bien recibidas y harían el proyecto más rico y creíble. Ni dinero, aunque el coste se haya duplicado.

Lo que he querido —probablemente sin conseguirlo— es renovar el ofrecimiento, firmarles un cheque en blanco, hacerles donatarios y —quién sabe— hasta herederos. Consideren éste como un lugar tan suyo como mío. Incluso más suyo. Y recuérdenmelo si es necesario, aunque me duela. Ayúdenme a ser capaz de la renuncia y el desprendimiento si llegara el caso...

Espero que les guste el nuevo diseño. Y si no, díganmelo. Aunque la transición no se haya completado y algunas cosas todavía no funcionesn, dentro de unos días podrán acceder a la nueva web en www.buenobonitoygratis.net, y a la actual en www.buenobonitoygratis.com. Así será hasta el 30 de junio, día en el que ambas direcciones apuntarán sólo a la nueva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario