En vivo y en directo. Autocrítica sin tapujos, llamando a las cosas por su nombre. Basta de excusarse en el mundo, la vida o la sociedad. ¿Acaso no formamos parte del mundo? ¿No somos dueños de nuestra vida? ¿No somos los que sostenemos esta sociedad?

martes, 10 de enero de 2012

El descanso cristiano


Ahora que acaban de terminar las vacaciones de Navidad —quien las haya tenido, claro— quisiera contarles una anécdota a modo de reflexión.

Cuentan que esta historia le ocurrió a San Juan Evangelista, el discípulo amado,  durante su estancia en Éfeso en compañía de la Virgen María...

Habla de un cazador que, movido por la fama del Apóstol, se adentró en el bosque con intención de encontrarle. Cuando lo hizo, le halló recostado sobre una roca con una liebre en su regazo, que se dejaba acariciar mansamente.

Cassiano —que éste era el nombre del cazador— se sorprendió de aquella actitud de descanso. Estaba convencido que San Juan estaría predicando, anunciando el Evangelio, rodeado de gente.

— ¿Eres tú ese Juan cuya insigne fama y celebridad habían suscitado en mí tan gran deseo de conocer? ¿Por qué, pues, te entretienes en tan fútiles diversiones?

Por toda respuesta le dijo el Santo:

— ¿Qué es eso que llevas en la mano?

— Un arco.

— ¿Y por qué no lo llevas siempre tenso?

— No conviene —replicó Cassiano— porque a fuerza de estar curvado la tensión lo enervaría y lo echaría a perder. Así, cuando es necesario lanzar un disparo más potente contra una fiera, por haber perdido su fuerza debido a la continua rigidez, el tiro no parte ya con la violencia necesaria.

Concluyó el apóstol Juan diciendo que no se extrañase de aquel inocente modo de dar descanso a su espíritu y añadió:

— Si no lo haces de vez en cuando, la misma continuidad del esfuerzo lo ablandaría, y no respondería lo mismo cuando se le pidiera mayor esfuerzo.

Moraleja: el cristiano no tiene vacaciones, pero su espíritu y su cuerpo también necesitan descanso, reponerse, calmarse. Cada cosa tiene su momento y su lugar bajo el cielo. EL propio Jesucristo se “retiraba” de vez en cuando...

La cosa está en que los cristianos deberíamos buscar el descanso junto a Dios y, normalmente en vacaciones, no solemos hacerlo. Ya lo dice el refrán: “quien a buen árbol se arrima, ...”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario