En vivo y en directo. Autocrítica sin tapujos, llamando a las cosas por su nombre. Basta de excusarse en el mundo, la vida o la sociedad. ¿Acaso no formamos parte del mundo? ¿No somos dueños de nuestra vida? ¿No somos los que sostenemos esta sociedad?

martes, 3 de julio de 2012

Creyentes incrédulos


Mira que somos crédulos para algunas cosas si nos la cuenta un medio de comunicación, un amigo, o hasta un conocido, y de oídas. Estamos dispuestos a creernos casi cualquier cosa, sobre todo si coincide con lo que pensamos, sentimos, queremos o deseamos. Y el problema es que llegamos a creerlo con tal intensidad que, incluso con pruebas contrarias en la mano, la sospecha nunca abandonará nuestro pensamiento. “Algo habrá, seguro”.

Si embargo, con Dios, nos hemos vuelto todo lo contrario. A diario le estamos pidiendo milagros que, en realidad, están en nuestras manos. A diario le solicitamos pruebas de su amor, de su existencia, de que estamos en el camino correcto. ¡Y mira que lo dejó todo bien claro!

En realidad todo esto quizá tenga mucho más que ver con que no nos interesa una persona con criterios tajantes que cuando toca decir “no” dice “no”. No es cómodo contar con una conciencia externa que no siempre coincide con la nuestra, con lo que queremos, con lo que nos interesa. No es práctico que definir el bien y el mal no dependa de nosotros, ni de mayorías, ni de modas o tiempos.

No es que tengamos confianza en el hombre, porque aquí muy pocos ponen la mano en el fuego por nadie. Creo que, como Santo Tomás, el apóstol, el de meter la mano en el costado y en las heridas de las manos, necesitamos seguridad, pero preferimos que esa seguridad sea exactamente cómo nosotros queremos, imaginamos y soñamos. Si no es así, esa confianza tampoco nos interesa.

Y así, nos construimos dioses, religiones, comunidades y templos a medida. No es que el hombre, la humanidad, sea el centro, la unidad de medida. Ni siquiera eso. Cada uno tiene la suya y sólo esa nos vale.

Nos hemos convertido en creyentes incrédulos...

1 comentario:

  1. quizas nuestra diocesis de valencia sea un gran santo tomas, que ante las evidencias las pruebas y los hechos no actua no es madre no es la iglesia en la que creemos,un desgobierno que anima a la evangelización, cuando permite que el sacrdote de oficio reprima y maltrate si, amigos sacerdote que no cree ni en Dios ni en su Santa Madre, pero sobre tocar la llaga no actua no le sirve el grito de auxilio ni la prueba, sigue creyendo en su eficacia cobarde.evangelización? asistamos a la agonia de una parroquia consentida por sus jefes.aún asi tenemos confianza de que se solucione a tiempo detenganse ante santo tomas el creyó despues de tocar aun hay tiempo salvennos.fieles de corbera.

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