Disculpen por adelantado mi ausencia las últimas semanas y la brusquedad con que quizá puedan verse tratados hoy. ¡Cuesta ser voz y desierto a la vez! ¡Es difícil! ¡Agota! ¡Duele! ¡Mucho!
No recuerdo exactamente dónde ni a quién, pero recientemente leía que hace falta hablar menos de Dios y más traerlo a nuestras vidas y ambientes. Encarnarlo, de nuevo, en este mundo. Encarnarlo en nuestras manos, en nuestros brazos, en nuestras mentes y en nuestros corazones. Pasar de “dar” testimonio a “ser” testimonio.
Eso debería notarse, fuera. Debería sentirse, dentro.
En este mes de enero, Benedicto XVI invita a todos los creyentes cristianos a rezar por una Intención General referida al año que se viene celebrando en la Iglesia: “Para que en este Año de la Fe los cristianos puedan profundizar en el conocimiento del misterio de Cristo y testimoniar con alegría el don de la fe en Él", es el deseo del Papa.
Pues eso...
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